Vanesa García ha vivido en primera persona la necesidad de solicitar alimentos durante el tiempo de confinamiento. Una generosa cesta de la compra que fue entregada en su propio domicilio dentro de la partida económica destinada por el Cabildo de Fuerteventura a paliar los efectos de la crisis durante el estado de alarma. Tras el cese del estado de alarma la funciones de ayuda social eran devueltas a los propios ayuntamientos.
Tras este hecho, una vez más vuelven a ponerse de manifiesto las carencias de personal en las áreas de Servicios Sociales municipales, sumado a la ya de por si lenta burocracia institucional y acrecentado por el duro golpe de la pandemia, hace que la fluidez en las ayudas se hayan atascado a unos niveles desesperantes.
Vanesa pone como ejemplo el caso del Ayuntamiento de Puerto del Rosario, donde los tres trabajadores sociales no dan abasto para atender las cientos de solicitudes a las que se enfrentan.
La joven explicó este lunes en Radio Insular como una solicitud de ayuda como familia cuota cero y dos hijos a su cargo presentada en junio tuvo como respuesta una cita previa para conocer su caso fijada para el 14 de septiembre. «El personal está sobrepasado, me consta que hay días que se van a casa llorando», confiesa.
Ante esta realidad de incomprensible pasotismo político, con las ONG actuando como verdaderos agentes sociales, también desbordadas, no solo por la crisis de la Covid sino por la crisis migratoria, Vanesa, camarera de piso de profesión, decidía poner en marcha en el mes de mayo un grupo de Facebook dedicado a las familias con pocos recursos y que tienen niños. Un grupo donde con la ayuda de diferentes personas anónimas se recogen y reparten alimentos para para garantizar a estas familias que puedan seguir alimentándose.
‘Personas maravillosas de Fuerteventura’ es el nombre del grupo que se creó para ayudar fundamentalmente a las familias con niños que no tienen que comer y que han agotado todas las prestaciones y ayudas municipales, y que la pandemia les ha dejado en una situación de gran incertidumbre. «Aquí no miramos ni religión, ni raza, ni política», explica, «la meta es que ningún niño se quede sin comer».
Es por ello que desde este grupo de Facebook, que cuenta con algo más de 400 usuarios, se pretende dar salida de manera altruista, con donaciones particulares y con total transparencia a intentar paliar los casos de necesidad más extrema.
«Os sorprendería saber quien está pidiendo ayuda a día de hoy», recuerda. Son familias, en algunos casos que vivían bien, con sus trabajos y su estabilidad económica, pero fruto de la crisis del coronavirus fueron despedidos, en muchos casos con hijos a su cargo, y no les queda otra que pedir ayuda. «Nadie escapa a vivir una situación similar«.
Además desde esta acción social también se ayuda a otras personas que no tienen recursos para desplazarse por la isla a buscar trabajo y que gracias a Personas maravillosas de Fuerteventura, lo han conseguido, convirtiéndose en donantes para las nuevas familias que aparecen.
Puedes volver a escuchar la entrevista en el siguiente enlace.