La profesora y exdirectora general de Ordenación e Innovación Educativa de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, María Victoria González Ares, atendía la llamada este lunes de Álvaro Veiga.
Victoria fue una de las protagonistas de ‘La Mañana’ de Fuerteventura Hoy donde recordó que fue la encargada de la gestión educativa durante la Gripe A en las Islas, y aunque las consecuencias fueron mucho menos drásticas que en la crisis actual, aún tiene sudores al recordar aquella etapa.
Durante la entrevista se analizó la actual situación en el marco educativo donde los centros y educadores tienen órdenes de atender al alumnado «de la mejor manera posible». Es por ello que el profesorado ha tenido que atender estas órdenes «como pueden», muchos de ellos haciendo uso de las plataformas online. Según la docente, el país no está preparado para una educación telemática masiva. Como ejemplo puso el caso de la plataforma virtual que se puso en marcha en Canarias en el año 2010. «Cuando se produce esta situación, muchos profesores quisieron abrir sus aulas virtuales en dicha Plataforma, llegando a colapsar el sistema que no está preparado para un volumen alto de usuarios.
Considera que «por muchos recursos técnicos que tengamos ahora mismo, la escuela es un elemento de igualdad porque da las mismas oportunidades a todo el alumnado. Cuando los alumnos no están en las aulas y están en sus casas, cada uno tiene que lidiar con su realidad, y ésta depende de cada hogar. No todos tienen el acceso a unos sistemas tecnológicos con los que acceder a una formación online. Es ahí donde se produce una gran brecha social y es lo que el profesorado está viviendo con más angustia, ver que no se pueden llegar a todos los alumnos». En este sentido informa que aún así «muchos profesores continúan en el empeño de encontrar la fórmula que les permita llegar a su pupilos. En unos casos enviando las tareas a través de correo ordinario, en otros donde el profesor llama a diario a aquellos alumnos que no tienen otras posibilidades de formación. Incluso en algunos ayuntamientos, los efectivos de Protección Civil fotocopian las tareas y se las llevan al estudiante a su domicilio».
González Ares recuerda que estamos en una situación extraordinaria por lo que «no podemos pretender tratar este curso como si fuera un curso normal. Supongo que todo el mundo tiene claro a estas alturas que el alumnado no puede salir perjudicado de esta situación», matiza. «Hay que buscar fórmulas para que puedan superar este curso escolar de la mejor manera posible. No es fácil y no me gustaría estar en la piel de aquellos que en esta etapa deben tomar decisiones. También hay que empezar a pensar en cómo debería ser la educación del futuro. Esta crisis es una magnífica oportunidad de poner en el foco en todo aquello que es prioritario y en lo que no. Debemos dar respuesta a las necesidades de todos los alumnos para enfrentarse a la realidad que tenemos hoy, dándonos cuenta que así no podemos seguir».
Está convencida que la escuela no va a desaparecer porque «es un lugar extraordinario para la socialización de nuestros jóvenes. El contacto físico en la escuela es tan necesario como en el amor», afirma. «Yo no me imagino una escuela online con alumnos sentados frente a un ordenador permanentemente, aislados cada uno en su casa. También es cierto que la realidad nos dice que hay que buscar plataformas en donde el alumnado pueda estar conectado y que puedan continuar con sus tareas educativas cuando se produce algún contratiempo o alguna enfermedad «.
Entre las medidas que se podrían llevar a cabo en un corto o medio plazo «debe descartarse que el curso se de por perdido». Además hay que tener en cuenta cada una de las etapas y sus realidades. «Los alumnos han tenido un periodo en el centro, han continuado con sus enseñanzas, mal o bien», puntualiza. «Además en estas semanas también han aprendido cómo salir entre todos de esta situación, compartir las tareas de casa, eso también forma parte del proceso educativo». Recuerda que el aprobado general no lo contempla el Consejo General del Estado. «En estos momentos hay que tener una visión amplia y dar una respuesta que no deje atrás a nadie. Retomar el curso tras el Estado de Alerta, en meses de verano tampoco sería otra solución ya que no podemos castigar a los estudiantes. Lo que no se ha aprendido en este curso se puede mejorar y aprender en el siguiente».
Finalmente cree que las Consejerías y Ministerio tendrán que dar soluciones con unos criterios amplios y no restrictivos para poder incluir al mayor número de estudiantes y que puedan seguir su escolaridad con normalidad.