El pasado 22 de febrero se cumplía un año de la polémica designación de Gustavo Berriel como candidato de Partido Popular (PP) al Ayuntamiento de Antigua. Este nombramiento abría una importante brecha entre directiva, afiliados y simpatizantes, una tensión que se alargó en el tiempo durante meses y que ha dejado un evidente poso de rechazo y desconfianza con el actual concejal popular.
Al cumplirse esta efeméride muchos recuerdan el importante número de afiliados que se dirigieron a Asier Antona, por aquel entonces presidente regional del PP, solicitando la paralización de la candidatura de Berriel al consistorio de Antigua en los comicios del 26 de mayo de 2019, hasta que se buscase a otro candidato o candidata.
Los afiliados aludían a que Berriel tuviese inscrito su propio partido político, Centro Liberal de Antigua (CLAN) en cuyo organigrama figuraban varios cargos orgánicos y de confianza del PP en Antigua.
Como prueba clarificadora se hizo público que el número de teléfono de CLAN en el Registro de Partidos Políticos del Ministerio del Interior, así como el domicilio oficial del partido, son el propio móvil particular y la propia vivienda de Gustavo.
Finalmente el partido, con varias crisis internas y un liderazgo de la formación insular muy cuestionado, quiso evitar una nueva polémica a pocos meses de las elecciones y se decidía decretar a Berriel como candidato, pasando a ocupar tras las elecciones un puesto en la oposición.
Esta decisión sigue pesando a día de hoy en un importante número de afiliados e integrantes del PP en la isla que continúan sin explicarse por qué mientras uno de sus concejales, Gustavo Berriel, incumple los estatutos del Partido Popular, que no permiten la doble afiliación, se le rinde pleitesía mientras a otro exconcejal Hugo Estévez, se le expulsó como afiliado del PP por cumplir únicamente con el pacto de gobierno en el Ayuntamiento de Antigua.
Problemas también en Tuineje
En septiembre de 2019, meses después de la polémica en Antigua, el PP se veía inmerso en una nueva situación crítica. Esta vez, en el municipio de Tuineje. El motivo fue la inesperada moción de censura de los concejales del PP contra la alcaldesa nacionalista, Candelaria Umpiérrez, con quien acababan de firmar un pacto de gobierno que duró apenas tres meses.
El presidente del Partido Popular en Fuerteventura, Fernando Enseñat, mostró su disconformidad por esta decisión y llamó «al orden» a su equipo local en Tuineje, quienes hicieron caso omiso a su líder y firmaron finalmente la moción que convertiría a Hernández en alcaldesa. Este hecho supuso el inicio del expediente de suspensión de funciones de Esther Hernández, Cristian Cabrera, Francisco Artiles y María del Carmen Marrero. Los cuatro siguen a la espera de conocer una decisión definitiva que marque su rumbo político, dentro o fuera del PP.