‘Erbania sin techo’, por Ramón Doval

OPINIÓN
Majoreros, vais a terminar viviendo en la puñetera arena.
Olvidad el “hogar, dulce hogar”. El hogar es un concepto de tiempos pretéritos. Tiempos en los que una casa era para toda la familia, para los que iban naciendo y para siempre. ¡Cómo hemos progresado!. Ahora la casa, el hogar, es la vivienda, el piso, el apartamento, el estudio, el chalet, la buhardilla y, poco a poco, el zulo. Y eso si hay zulo y no hay que recurrir a pagar trescientos euros por un sofá en una vivienda donde viven cinco, que eso ya sucede en algunas partes.
La vivienda se ha convertido en un objeto de consumo al igual que los teléfonos móviles, los “satisfyer” y los preservativos. Muchos años lleva viviendo España de la especulación inmobiliaria. ¿Creíais que la especulación acabó con la crisis?. ¡Ay, la inocente y bondadosa ingeniudad!.
Las medidas que se tomaron ante los crímenes y las consecuencias del boom inmobiliario consistieron en que los políticos culpables rescataran a los bancos culpables. En el caso de las cajas de ahorro gestionadas por miembros de los partidos culpables y de los sindicatos culpables, con el dinero de las víctimas, inocentes y culpables, del boom, y con la creación de un banco “malo” financiado, qué casualidad, con el dinero de todos, culpables e inocentes. Es decir, las medidas consistieron en que la juerga continúe, que todavía hay botellas en el acaparador y gente bailando.
Si miramos los precios presentes de las viviendas, tanto para compra como para alquileres, comprobamos que al mercado le han importado muy poco los años de suicidios y desahucios. El banco piensa “mmm, un piso que se queda vacío por un propietario desahuciado que puedo convertir perfectamente en vivienda vacacional este verano por el doble de su precio real”.
Pero no pasa nada. Los políticos de las organizaciones de maleantes conocidas como partidos políticos nos prometen vivienda social y alquiler social; nos prometen todas las panaceas acompañadas del apellido “social”. Como si el crimen no fuese social; como si el latrocinio, el robo y el interés económico no fuesen sociales.
También son muy sociales las esperas y las angustias que éstas provocan ante lo prometido por los políticos. Las ayudas al alquiler del 2018 del gobierno canario están llegando a los canarios en 2020. Las inverosímiles razones que alegan sus ilustrísimas ante el intolerable retraso son limbo burocrático y problemas de personal. Ja, limbo burocrático. ¿Quién se va a creer eso?. Si hasta la Iglesia del papito Radzinger eliminó el limbo del catolicismo. ¿Los funcionarios del Insituto Canario de la Vivienda abrieron un portal interdimensional que absorbió las solicitudes de los insulares?. Y en este año 2020, que a mi que soy nacido en los ochenta me suena a ciencia ficción y parece de ciencia ficción gracias a las nuevas tecnologías, resulta que se necesitan cientos de funcionarios para tramitar unas solicitudes que las máquinas pueden hacer en unos días.
Pero no os preocupéis, majoreros. Fuerteventura lucha por ser una isla ecológica y sostenible. ¿Y qué sostiene?. Quizás los edificios abandonados y a medio construir que abundan en toda la isla y que empresas y bancos tapian para que no se metan ocupas (y lo escribo con “c” porque nadie es un revolucionario por escribirlo con “k”)? ¿Y qué ocupas?. ¿Los que ocupan por necesidad imperiosa de un techo cuyos empleos de media jornada flexible no les da ni para veinte metros cuadrados o los ocupas de los que se aprovechan mafias inmobiliarias aprovechando chivatazos de empleados que ponen la mano sobre viviendas vacías?.
Los majoreros no se pueden permitir viviendas. O tienen la suerte de heredar una casita, que seguramente no les valdrá para nada pues ya se ocuparán los desocupados de ayuntamientos, cabildos y gobiernos de arrebatársela a base de tasas e impuestos, o les toca mudarse de isla.
No hay vivienda para lo majoreros. Sí la hay para alemanes, ingleses e italianos a los que España les parece una ganga. Esta es la historia de los derechos y la ciudadanía. Se tienen derechos si uno se los paga, que hay mucho asesor, pariente amante y contratista público colega que mantener. Lleva tiempo el cabildo (no se ha ganado la mayúscula) asegurando la construcción de nueva vivienda social pero los hechos demuestran que le preocupa más las gasolineras ecológicas, en las que no ahorran tiempo en hacerse la foto para que todos seamos testigos de que harán lo que sea para conseguir un voto.
¿Y es todo culpa de los políticos?. Si mientras ellos se compinchan con especuladores los majoreros los votan y ofrecen todas sus fuerzas para que los gatitos callejeros de Puerto del Rosario vivan casi mejor que ellos mismos, quizás habría que repartir ciertas culpas y replantearse las cosas. Los políticos de Fuerteventura, Canarias y el resto de España se han embolsado millones con los maletines de la burbuja inmobiliaria.
Las cajas de ahorro responsables de los millonazos que financiaron la estafa son irresponsables e impunes ante la ciudadanía. Y los recompensáis votándolos en cada elección, peleándoos en sus nombres en las redes sociales. Todos esos políticos son responsables directos e indirectos de las recalificaciones de los suelos que pusieron los precios de las viviendas por las nubes. Son responsables de recibir maletines cargardos de verdes para poner el precio del suelo al deseo del especulador. Y los ciudadanos han participado, y siguen participando de la codicia haciendo negocio con los hogares que construyeron sus padres y abuelos. Pero tranquilidad. Al menos seremos verdes y mediambientales. Nada más verde que dormir en la puñetera calle por no poder permitirse una mísera habitación por la falta de empleo de calidad y de alquileres razonables.