Cómo iniciar la alimentación de tu hijo, por el Doctor Lester Ramos
La ablactación (introducción a la dieta familiar de un lactante) es el proceso mediante el cual se introducen a la dieta del niño, de manera progresiva alimentos diferentes a la leche materna, hasta incorporarlo a la dieta familiar.
De acuerdo con la OMS los alimentos complementarios son “aquellos alimentos sólidos o diferentes a la leche humana que se administran a los niños durante la lactancia o simultáneamente durante la alimentación al seno materno”. Este concepto incluye el uso de tanto de sucedáneos de la leche humana (formulas), como alimentos sólidos. Es muy importante que los padres entiendan porque es vital para su hijo una correcta ablactación y que consecuencias pueden acarrear para la salud del pequeño. Es labor de los pediatras orientar exhaustivamente sobre tan interesante información que muchas veces se banaliza. Aquí os dejo recomendaciones importantes y el esquema completo de la OMS.
Recomendaciones para la ablactación correcta:
Introducir un solo alimento a la vez. Ofrecerlo durante dos o tres días para comprobar su tolerancia.
No mezclar los alimentos.
No forzar su aceptación ni la cantidad de alimento.
En general, primero ofrecer la leche humana o fórmula y luego el alimento semisólido. Tratar de que sean complementarios.
La cantidad de alimento variará día a día e irá en aumento. Poco a poco disminuirá el volumen de leche consumido.
Promover el consumo de alimentos naturales.
Preparar los alimentos sin agregar sal, azúcar u otros condimentos.
Los alimentos deben ofrecerse primero como papilla, posteriormente se pueden ofrecer picados y a partir del año de edad, valorar la introducción de alimentos en pedazos pequeños.
Los alimentos deben prepararse con extrema higiene.
La alimentación debe ajustarse a la práctica y al menú familiar, así como favorecer la socialización y el aprendizaje del niño.
Deben emplearse utensilios adecuados, permitir que el niño intente comer solo aunque se ensucie.
Los jugos de fruta deben ofrecerse cuando el niño pueda tomar líquidos en taza. De preferencia naturales, preparados sin cáscara y a partir de los 12 meses de edad.
Cuando se ofrezcan caldos o sopas, hay que proporcionar el alimento y no solo el líquido.
De preferencia el alimento debe estar a temperatura ambiente.
Edad |
Grupo |
Alimento |
Preparación o consistencia |
0 – 6 meses |
Leche |
Lactancia materna exclusiva |
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4 – 6 meses |
Verduras |
Zanahoria Chayote calabaza |
Purés o papillas muy diluidos |
Frutas |
Manzana Pera Plátano |
Purés o papillas muy diluidos |
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6 – 7 meses |
POA |
Carne de res Pollo Pavo |
Molida o puré |
Leguminosas |
Frijoles lentejas |
Molidos o puré |
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7 meses |
Cereales |
Arroz |
“machacadito” |
8- 10 meses |
Verduras |
Ejotes Espinaca Brócoli Betabel Acelgas |
Semi-sólidos |
Frutas |
Guayaba Melón Papaya |
Semi-sólidos |
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POA |
Carne de res Pollo Pavo |
Semi-sólidos |
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Leguminosas |
Garbanzo Chícharo |
Semi-sólidos |
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9 – 11 meses |
Cereales |
Papa Camote Arroz |
Semi-sólidos |
12 o más |
Leche de vaca |
En polvo Líquida |
Cualquier presentación |
Derivados lácteos |
Yogurt Queso Crema Medias cremas Mantequilla Natillas |
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Pescado |
Filete salmón sin espinas Atún |
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Huevo |
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Cereales |
Todos (trigo) galletas Marías |
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Dieta familiar |
Peligros de la introducción temprana de la alimentación complementaria
La introducción temprana puede de hecho causar una serie de complicaciones en la salud del bebé, aparte de la aparición de alergias alimentarias. Por ejemplo:
– El aparato digestivo es aún inmaduro, lo cual supone que, si se introduce la alimentación complementaria, el bebé no será capaz de digerir los alimentos como debe, pudiendo causarle problemas.
– Además del aparato digestivo, el aparato renal, es decir, su capacidad de excreción a través de los riñones es también inmaduro, y la introducción de ciertos alimentos, sobre todo aquellos que tienen una cantidad considerable de proteínas, puede sobrecargarlos. También algunos minerales, como el sodio, pueden deteriorar la función renal, de ahí que se recomiende evitar la sal hasta al menos los 12 meses.
– El riesgo de atragantamiento es significativamente mayor antes de los 6 meses, aunque obviamente depende del bebé, de su capacidad para mantenerse erguido y de la pérdida del reflejo de extrusión.
Sin embargo, posponer la introducción de nuevos alimentos tampoco es aconsejable, ya que, además de que pueden aparecer deficiencias de micronutrientes, sobre todo en el caso del hierro, si se continúa con una alimentación a base de leche exclusivamente, también puede aumentar el riesgo de rechazo hacia los diferentes alimentos y texturas, por lo que haría más complicado la aceptación de nuevos alimentos por el bebé.
Pensamos que es imprescindible que nuestros pequeños comiencen adecuadamente sus diferentes etapas nutricionales. Pensemos que somos lo que comemos. Lo que hacemos hoy bien mañana se traducirá en salud y bienestar.
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