La vitamina D es la gran desconocida por todos y a pesar de que muchos piensan que en Fuerteventura con el abundante sol que disfrutamos no debemos tener carencias de esta. La realidad es otra. Un alto por ciento de mis pacientes en consulta a los que le medimos esta vitamina están en niveles ínfimos, lo cual explica muchos de los síntomas que tienen y que muchas veces en consulta se confunden con otras patología. La piel produce vitamina D al exponerse directamente a la luz solar. La mayoría de las personas cumplen al menos en parte con su requerimiento de vitamina D de esta forma. La piel expuesta a la luz solar en ambientes interiores, a través de una ventana, no produce vitamina D. Los días nublados, la sombra y la piel de color oscuro también reducen la cantidad de vitamina D que produce la piel.
Sin embargo, pese a la importancia del sol para la síntesis de la vitamina D, es prudente limitar la exposición de la piel a la luz del sol para reducir el riesgo de cáncer de piel. Si se expone al sol apenas durante algunos minutos, use ropa protectora y filtro solar con factor de protección solar (SPF) 8 como mínimo. Las camas solares también permiten que la piel produzca vitamina D, aunque presentan riesgos similares de cáncer de piel.
Quienes evitan el sol o cubren su cuerpo con filtro solar o ropa deben incluir fuentes ricas en vitamina D en su dieta o tomar un suplemento. Los consumos recomendados de vitamina D están determinados sobre una suposición de una exposición escasa al sol.
La cantidad de vitamina D que necesita por día depende de su edad. Las cantidades promedio diarias de vitamina D, expresadas en unidades internacionales (IU), que recomienda el Comité de Nutrición y de Alimentos (un grupo nacional de expertos) para las personas de diferentes edades son las siguientes:
Etapa de la vida | Cantidad recomendada |
Bebés hasta los 12 meses de edad | 400 UI |
Niños de 1 a 13 años de edad | 600 UI |
Adolescentes de 14 a 18 años de edad | 600 UI |
Adultos de 19 a 70 años de edad | 600 UI |
Adultos mayores de 71 años de edad | 800 UI |
Mujeres embarazadas y en período de lactancia | 600 UI |
La prevención del déficit de vitamina D se puede conseguir prolongando la exposición a la luz solar, incluyendo alimentos fortificados en la dieta o utilizando suplementos. El nivel mínimo recomendado de ingesta de vitamina D diaria es de 600UI (15 µg) al día en personas menores de 70 años y 800UI (20 µg) en mayores de esa edad. La ingesta debe incrementarse al menos un 50% en personas susceptibles de padecer carencias de vitamina D y un 150% durante el embarazo y la lactancia.
Muy pocos alimentos contienen esta vitamina en forma natural. Los alimentos fortificados con vitamina D agregada aportan la mayor parte de esta vitamina en las dietas de las personas en los Estados Unidos.
- Los pescados grasos, como el salmón, el atún y la caballa se encuentran entre las mejores fuentes de vitamina D.
- El hígado vacuno, el queso y la yema de huevo contienen cantidades menores.
- Los hongos aportan cierta cantidad de vitamina D. En ciertos tipos de hongos que ahora se encuentran a la venta, se aumenta el contenido de vitamina D al exponerlos a la luz ultravioleta.
- En los Estados Unidos, casi toda la leche está fortificada con 400 UI de vitamina D por cuarto de galón (un litro). Sin embargo, los alimentos a base de leche, como el queso y el helado, en general no están fortificados.
- Además, ciertos cereales para el desayuno y algunas marcas de jugos de naranja, yogures, margarinas y bebidas a base de soja contienen vitamina D agregada. Consulte siempre las etiquetas.
El déficit de vitamina D se ha relacionado con enfermedades óseas, infecciosas o cardiovasculares, con tumores y con patologías autoinmunes o diabetes mellitus tipo 2. Factores como la pigmentación cutánea, la edad avanzada, el índice de masa corporal, la utilización de cremas protectoras, la estación del año o la contaminación, pueden favorecer niveles plasmáticos bajos de esta vitamina. La deficiencia de vitamina D también puede deberse a alteraciones en el metabolismo del calcio y de la propia vitamina D, originados por una malabsorción intestinal, o por alteraciones hepáticas o pancreáticas, como la celiaquía o la enfermedad inflamatoria intestinal.
Se están llevando a cabo estudios de investigación para determinar la posible relación entre la vitamina D y varias enfermedades y problemas de salud, entre ellos, diabetes, hipertensión y trastornos autoinmunitarios, como la esclerosis múltiple. A continuación, se describen dos de ellos: los problemas óseos y ciertos tipos de cáncer.
Algunos estudios científicos indican que la vitamina D puede proteger contra el cáncer de colon y tal vez incluso contra el cáncer de próstata y cáncer del seno. Sin embargo, los niveles más elevados de vitamina D en la sangre también se han relacionado con una mayor incidencia de cáncer de páncreas. Aún no es posible afirmar si los bajos niveles de vitamina D aumentan el riesgo de una persona de tener cáncer y si los niveles más elevados protegen o incluso aumentan el riesgo en algunas personas.
La vitamina D puede ser perjudicial, cuando las concentraciones de esta vitamina en la sangre son demasiado elevadas. Los signos de toxicidad incluyen náuseas, vómitos, pérdida del apetito, constipación, debilidad y pérdida de peso. Además, con los niveles elevados de calcio en la sangre, demasiada vitamina D puede causar confusión, desorientación y problemas en el ritmo cardíaco. El exceso de vitamina D también puede provocar daños en los riñones.
Los límites máximos recomendados de vitamina D es de 1,000 a 1,500 UI/día para bebés, 2,500 a 3,000 UI/día para niños de 1 a 8 años de edad, y de 4,000 UI/día para niños mayores de 9 años de edad, adultos, y mujeres y adolescentes embarazadas y en período de lactancia. Casi todos los casos de toxicidad por vitamina D resultan a causa de sobredosis de suplementos. La exposición excesiva al sol no causa intoxicación por vitamina D porque el cuerpo limita la cantidad de esta vitamina que produce.
Al igual que la mayoría de los suplementos dietéticos, la vitamina D puede interactuar o interferir con otros medicamentos o suplementos que toma. Por ejemplo:
- La prednisona y otros medicamentos corticoesteroides para reducir la inflamación afecta la forma en que el organismo maneja la vitamina D. Con el tiempo, esto causa una menor absorción de calcio y pérdida ósea.
- El orlistat, un medicamento para adelgazar (cuyas marcas comerciales son Xenical® y Alli®) y la colestiramina, un medicamento para reducir el colesterol (cuyas marcas comerciales son Questran®, LoCholest®, y Prevalite®) pueden reducir la absorción de la vitamina D y otras vitaminas liposolubles (A, E y K).
- El fenobarbital y la fenitoína (cuya marca comercial es Dilantin®), que se utilizan para prevenir y controlar crisis epilépticas, aumentan la descomposición de la vitamina D y reducen la absorción del calcio.
La deficiencia de vitamina D está emergiendo en todo el mundo y debido al escaso número de alimentos que la contienen esta siendo muy necesario que tanto la población como el personal médico comience a tomar conciencia de la importancia de mantener los valores normales de la misma durante toda nuestra vida. No dude en preguntar a su médico la dosificación de la misma en cada analítica de control rutinario de su salud. Mantengamos los niveles adecuados y piensen que la vitamina D puede ser una gran aliada en nuestra salud.
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